El Patrimonio Cultural Edificado, arquitectónico y urbano, surge y se consolida a través de varios siglos mediante el esfuerzo conjunto de múltiples generaciones constituyendo un patrimonio colectivo, cimiento y responsabilidad de toda la sociedad. Contiene la riqueza colectiva de las expresiones de nuestra cultura y es un elemento de identidad que por sus características y significado exige ser abordado de manera integral, considerando todos los aspectos que intervienen: urbanos, arquitectónicos, sociales, culturales, económicos y políticos.