LA ACADEMIA NACIONAL DE ARQUITECTURA

Por Arq. Lilliane Irene Ponce Gutiérrez AE-ANA

La Academia Nacional de Arquitectura es una institución para la reflexión, promoción, fomento y desarrollo de la arquitectura como expresión cultural.

Fue fundada en el año de 1978 por el Arq. Mario Pani. En Guadalajara el primer presidente capitular fue el Arq. Ignacio Díaz-Morales y el segundo el Arq. Julio de la Peña, quien más tarde ocuparía también la presidencia nacional.

En este momento está conformada por siete capítulos: Valle de México, Guadalajara, Monterrey, Mérida, Cuernavaca, Acapulco y Puebla.

De la última modificación a sus estatutos en el año 2005, se desprende que sus objetivos fundamentales son:

• El estudio, la investigación y la difusión acerca de los fenómenos asociados al hábitat; con la intención de participar en su transformación para favorecer condiciones más justas y equitativas de convivencia y habitación.
• Participar en la construcción de la democracia del país, a través de la creación intelectual y material del espacio público y privado para el disfrute de todos los mexicanos.
• Promover una cultura urbana que permita a la sociedad en su conjunto conocer, comprender y valorar la importancia de la arquitectura como un hecho social, indisoluble de su contexto político, económico, cultural y natural, con el propósito de lograr la participación de una sociedad cada vez más responsable y democrática que permita mejorar las condiciones de vida en los ámbitos urbano, rural y natural.
• Debatir públicamente y al interior de la Academia Nacional y sus capítulos, sobre los problemas socialmente relevantes en materia urbana que aquejan a la ciudad y a sus habitantes.
• Intercambiar y difundir, a nivel nacional e internacional, el pensamiento y las obras de los miembros de la Academia Nacional.
• Vincular a la Academia Nacional con los actores sociales, gubernamentales y privados con el propósito de construir una red de relaciones y acciones conjuntas que permitan la construcción de una ciudad más justa, equitativa y democrática.
• Participar, a través de la educación, en la difusión de la Declaración de Principios, la ética y la visión asumida por la Academia Nacional con respecto de la arquitectura y la práctica profesional.
• Investigar, registrar, catalogar, opinar, defender, intervenir y difundir en cualquier país o en el territorio nacional, las obras relevantes de arquitectura, barrios, ciudades, monumentos, paisaje natural y similares; especialmente las consideradas Patrimonio de la Humanidad, así como, tratándose de México, a partir de la época precolombina hasta nuestros días.
• Promover el reconocimiento como Patrimonio Artístico-cultural o Patrimonio de la Humanidad, para todas aquellas obras del presente siglo o de épocas anteriores consideradas merecedoras de tales distinciones.
• Reconocer al Arquitecto en su persona cuando, en el ámbito nacional o internacional, su comportamiento y desempeño profesional hayan sido sobresalientes de acuerdo con los Estatutos de la Academia Nacional.

La membrecía de la Academia se integra selectivamente con los arquitectos mexicanos y extranjeros que ejerzan y practique profesionalmente la arquitectura conforme a una clasificación establecida de la siguiente manera:

• Académicos Eméritos, el mayor grado que otorga la Academia y se otorga a los arquitectos mexicanos o extranjeros que han ejercido la arquitectura durante más de 25 años y se han distinguido en el ejercicio de la profesión; el grado se otorga a título vitalicio y serán en número un claustro de 100.
• Académico de Número, este nombramiento se otorga a los arquitectos mexicanos o extranjeros que han ejercido la profesión de la arquitectura de manera relevante por más de 15 años incluyendo aquí la docencia, la investigación o cualquier otra actividad directamente relacionada a la profesión.
• Académico Emérito Honorario, nombramiento también vitalicio para los arquitectos miembros del Consejo de Académicos Eméritos quienes, por una u otra razón hayan decidido dar por terminada su responsabilidad como Consejeros de la Academia Nacional.
• El número total de Académicos de Número y Eméritos Honorarios no será mayor al 1% de los inscritos en activo en el registro de la Dirección de Profesiones estatal de cada capítulo.
• Académico Honorario, este grado es otorgado por el Consejo de Eméritos y tiene también carácter vitalicio; se otorga sin distinción de nacionalidad a aquellas personas que no ejerciendo de manera directa la arquitectura hayan contribuido de manera relevante al progreso y desarrollo de la arquitectura, las artes y la cultura del mundo.

Conocer, reconocer y dar a conocer la Arquitectura es la función toral de la Academia Nacional; este compromiso se cumple a través, primero, del reconocimiento de quienes la integran y segundo, de premios y reconocimientos organizados y difundidos por la misma institución, tales como el “Gran Premio de la Academia Nacional de Arquitectura”, las bienales de cada uno de los capítulos, La Bienal Nacional o la participación en el premio anual “Ing. Alberto Pani”.

De la misma manera, la Academia Nacional deberá promover y reconocer ante las autoridades competentes el valor patrimonial de las obras relevantes de arquitectura mexicana del S. XX, coadyuvando dentro de su marco jurídico en la formulación de las “Declaratorias”, instrumento legal para el reconocimiento oficial del Estado.