EXPERIMENTOS DE PEDAGOGÍA ARQUITECTÓNICA.
Por Diego Ramirez-Lovering
El desarrollo del entorno construido se enfrenta a retos cada vez más complejos: desde los desenfrenados patrones de urbanización global y la consecuente presión ambiental hasta el incremento de la desigualdad en la distribución de la riqueza y la desigualdad socio-espacial que la acompaña.
¿De qué manera debemos preparar a los futuros profesionales para que tengan la capacidad de enfrentar estos retos de manera productiva? Ya que las condiciones dinámicas globales se ‘alejan del comando y control de la era industrial hacia el ecosistema distribuido, compartido, inteligente e interconectado de la era de la información’, necesitamos reconsiderar la formulación y la formación de los futuros arquitectos.[1]
Hace casi 20 años Rem Koolhaas propuso que ‘la profesión se aferra a sus fantasías, su ideología, sus pretensiones, sus ilusiones de participación y control, y por lo tanto es incapaz de concebir nuevas modestias, invenciones parciales, reacomodos estratégicos, posiciones negociadas que pudieran influenciar, redirigir, tener éxito limitado, reagrupar, quizás empezar de cero, pero que nunca restablecerán el control.’[2]
Retó a arquitectos y urbanistas a que ‘redefinieran nuestra relación con la ciudad no como sus creadores pero como sus sujetos, sus defensores.’[3] Los arquitectos siguen albergando añejas fantasías y pretensiones de ser los hacedores que tienen el control. Lo que propongo es un cambio hacia una posición más modesta aunque más estratégica, en donde vemos que se expande la profesión para incluir varios roles que se reagrupan como profesionistas proactivos en el entorno urbano.
Además de enfrentarse a contextos políticos, económicos, sociales y ambientales frágiles, la práctica arquitectónica está siendo reconfigurada por las nuevas tecnologías de diseño y fabricación digital, que han generado nuevas obligaciones contractuales y entornos de riesgo. El rol del arquitecto como la figura central en el proceso de construcción y entrega se ha ido disminuyendo de manera lenta y constante debido a la promoción de sub-consultores, como los administradores de proyectos, a roles más cardinales. Los nuevos procesos de adquisición y entrega han reducido la influencia del arquitecto aún más, obligándolos a ceder el control del proyecto a otros en etapas cada vez más tempranas del proceso de diseño.
Los programas educativos de la arquitectura deben posicionarse con relación a las transformaciones globales y el cambiante mundo de la práctica profesional. Las escuelas de arquitectura enfrentan la doble tarea de ofrecer entrenamiento relevante para preparar a los estudiantes para la práctica al tiempo de armarlos de conocimiento y maneras de pensar y trabajar que les permitan operar con efectividad en el contexto desconocido de los entornos profesionales futuros. Al mismo tiempo, las escuelas de arquitectura son presionadas por las universidades y por los mercados constituyentes para maximizar las oportunidades laborales de los egresados. Deben también hacer malabares con las exigencias de los organismos acreditadores que exigen la adopción de competencias clave en desuso, lo que complica aún más la difícil relación existente entre los ámbitos académico y profesional de la formación arquitectónica.
El entorno contemporáneo de la práctica es altamente diverso, dinámico, y cada vez más especializado y globalizado. Además, los tipos de práctica y los empleos finales para los egresados de arquitectura son variados y no fácilmente clasificados y comprendidos. Por consiguiente, muchas escuelas alegan que la formación académica no es suficiente para que los egresados entren a la profesión directamente y por lo tanto que ésta debería enfocarse en el pensamiento crítico y en la adquisición amplia de conocimientos antes que en el entrenamiento puramente práctico. Sin embargo, le incumbe a las escuelas el definir el tipo de profesional que pretenden crear. En lugar de mantener regímenes tradicionales de formación derivados de la Bauhaus y la Ecole de Beaux-Arts, que propugnan modalidades caducas de la práctica arquitectónica, las escuelas deben desarrollar actividades pedagógicas alternas que indaguen y construyan sobre los nuevos tipos de práctica. Para poder ofrecer una educación en la arquitectura que sea relevante y que contribuya al cambiante contexto de la construcción de ciudades, debemos fomentar la habilidad de cruzar fronteras disciplinarias, de ir más allá de los edificios y de participar de manera más sistémica con los diferentes campos que determinan la forma y el desempeño de nuestras ciudades.
Han surgido varios modelos fructíferos alrededor del mundo que exploran nuevos marcos educativos basados en modos diversos de operación y entendimientos sobre la profesión. El Instituto Strelka de Medios, Arquitectura y Diseño, por ejemplo, tiene un programa post-licenciatura basado en un marco educativo que interviene con las múltiples disciplinas que ‘examinan e impactan en el espacio urbano’.[4] El programa se informa de la investigación urbana que incluye economía, arte, cultura y estudios socio-políticos, y está conformado por sus acciones interdisciplinarias. El recientemente establecido London School of Architecture (LSA) es otro ejemplo provocador; ésta dedica una gran parte de su programa al trabajo con asociados para prácticas. El LSA inserta a los estudiantes en trabajos de oficina por dos días a la semana durante el primer año del programa. Ahí es donde los estudiantes entran en contacto y reciben entrenamiento profesional en un contexto de práctica real. Es una variante del modelo educativo de taller y maestro-aprendiz que promete evolucionar la relación escuela-práctica. En la Universidad de Columbia el programa Studio-X amplía las acciones internacionales, que son las que le dan forma a la práctica contemporánea. El programa ofrece una plataforma de colaboración con una variedad de asociados internacionales situados en diferentes ubicaciones geográficas y contextos urbanos. Conformado por sus redes, el Studio-X es capaz de enfrentar problemas locales con perspectivas globales. El programa SUPRASTUDIO de UCLA fomenta la colaboración interdisciplinaria para ir más allá de las fronteras de la práctica arquitectónica. Los organizadores alegan, con razón, que ‘como los problemas de diseño se han vuelto más entretejidos y complejos, se necesita una nueva estrategia colaborativa tanto para definir como para resolver los problemas que enfrenta la nueva generación de diseñadores y líderes de la industria. SUPRASTUDIO funciona como una nueva plataforma de educación arquitectónica para trabajar con asociados externos que llegan a nuestro programa como catalizadores y como colaboradores de investigación y desarrollo.’[5]
Cada uno de estos programas ofrecen estrategias muy diferentes para lidiar con los aspectos más importantes y problemáticos de la educación arquitectónica contemporánea: el establecer marcos interdisciplinarios y la ampliación de redes profesionales. Mientras que estas escuelas se definen de alguna manera a través de las redes profesionales y disciplinarias en las que participan, dicha acción definitoria puede ser bidireccional. Las escuelas pueden imaginar el tipo de practicante que quieren crear y, de esta manera, expandir o redefinir el alcance o las fronteras de la profesión misma. Si, por ejemplo, LSA decidiera integrar estudiantes en organizaciones tales como agencias de planeación gubernamentales, grandes firmas ingenieriles transnacionales u ONGs en lugar de en despachos arquitectónicos, los egresados adquirirían habilidades, redes y metodología de trabajo diferentes, sin duda redefiniendo de alguna manera el panorama profesional de la ciudad. Mientras que LSA inserta estudiantes en despachos locales y Studio-X lo hace de manera global, Strelka y SUPRASTUDIO arman equipos de expertos en disciplinas basados en proyectos para enfrentar condiciones actuales y futuras. Estos programas alternativos ejemplares tienen ingredientes clave para el desarrollo del Nuevo Profesionista de lo Urbano.
Referencias
[1]R Hyde, Future Practice: Conversations From the Edge of Architecture, New York, Routledge, 2012, p43
[2]R Koolhaas, ‘What Ever Happenedto Urbanism’ in SMLXL, New York, Monacelli Press, pp963
[3]R Koolhaas, ‘What Ever Happenedto Urbanism’ in SMLXL, New York, Monacelli Press, pp971
[4]http://www.strelka.com(accessed 12/03/2015)
[5]http://www.aud.ucla.edu/programs/m_arch_ii_degree_1.html (accessed12/03/2015)
Reblogueó esto en Arq. Jose Luis Cánovas.