«La responsabilidad social del arquitecto», de Leopoldo Fernández Font.

Por Enrique Hurtado Azúara

La responsabilidad social del arquitecto, de Leopoldo Fernández Font.

Publicado por la Universidad de Guadalajara y El Colegio de Arquitectos del Estado de Jalisco, este libro contiene las reflexiones personales sobre la arquitectura, su aprendizaje y su práctica, de uno de los arquitectos tapatíos que han participado de manera más significativa tanto en la creación de obras importantes en la vida de esta ciudad, como en la formación de numerosas generaciones de nuevos arquitectos.

A través de un relato de sus experiencias personales, desde su formación académica hasta su práctica profesional, comparte vivencias y conceptos fundamentales sobre la enseñanza-aprendizaje de la arquitectura, los procesos de concepción y diseño, y los principios teóricos y éticos de la buena arquitectura.

libroEn esta ocasión comentaremos uno de los capítulos del libro que ejemplifica claramente la forma en que el autor entiende la transmisión de los conocimientos y criterios básicos estructurales a los aprendices de arquitectura, titulado Reflexiones sobre la enseñanza del arte y ciencia del diseño estructural.

En este capítulo se aborda la necesidad de que los estudiantes de arquitectura reciban una formación que los capacite para entender la importancia fundamental que la concepción estructural tiene para lograr una obra arquitectónica coherente y duradera. Se hace énfasis en que no se trata de transmitir una versión “ligera” de los conocimientos propios de la ingeniería para diseñar y calcular estructuras, sino fundamentalmente de obtener una comprensión clara de la manera en que se comportan las fuerzas que actúan sobre una estructura y formarse un criterio lógico y creativo que permita la utilización de los elementos estructurales con una intención tanto de soporte como de expresión arquitectónica.

El autor hace énfasis en dos aspectos del aprendizaje estructural para los arquitectos: “El primero informativo: presentar a los alumnos los diferentes tipos de estructuras que existen, su manera de funcionar y sus aplicaciones.” “El segundo debería ser formativo: no importa que el arquitecto sepa calcular, pero la clase de estructuras le debe dar criterio y sensibilidad estructural.” “Si el alumno logra intuir cómo responderá la forma estructural, qué esfuerzos producirá y qué requiere para permanecer en equilibrio, habrá desarrollado la sensibilidad estructural necesaria para poder proyectar sus edificios.”

Expone también sus experiencias docentes y los métodos didácticos utilizados para conducir a los estudiantes a obtener esa sensibilidad, básicamente mediante ejercicios con modelos construidos y probados experimentalmente hasta la ruptura, para observar y comprender vivencialmente el comportamiento, capacidades y limitaciones de los diversos sistemas y formas estructurales.

Con estos conceptos, el autor concluye: “El adquirir un acervo de fórmulas, ecuaciones y modelos matemáticos no ayudará al arquitecto a encontrar soluciones creativas en el campo del espacio y la estructura. Inculcar en el alumno el espíritu de investigación creativa es lo que deberían pretender las clases de estructuras.” “Las clases de historia de la arquitectura deberían jugar un papel muy importante en la formación y desarrollo del criterio y la sensibilidad estructural… Entender cómo fueron construidos y cuáles son las características y el funcionamiento de la estructura de los edificios significativos de otras culturas, tiempos y lugares dará un importante conjunto de experiencias para el futuro arquitecto. Esto es más importante definitivamente que conocer la fórmula de la fatiga por flexo-compresión.”

Tanto para estudiantes como para los profesionales de la práctica y la enseñanza de la arquitectura será de gran interés este libro, pleno de vivencias, aprendizajes y sugerentes conceptos y reflexiones, producto de una prolongada e intensa actividad arquitectónica profesional y académica.

 

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Detalle de la parroquia de la Resurrección del Señor. Fotografía de Arturo Morales. Fuente: «La responsabilidad social del arquitecto», por Leopoldo Fernández Font.

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Fuente: «La responsabilidad social del arquitecto», por Leopoldo Fernández Font.

 

 

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