La Arquitectura Neogótica en Jalisco, un Patrimonio Cultural a descubrir.

Martín M. Checa-Artasu
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa
martinchecaartasu@gmail.com

La arquitectura de estilo neogótico tiene una notable presencia en México. Hoy contabilizamos cerca de 500 ejemplos en todo el país. Muchos de ellos se construyeron entre las tres últimas décadas del siglo XIX y las tres primeras del XX, aun cuando, hay ejemplos que se edifican aún en nuestros días. Mayoritariamente, fue un estilo usado por la Iglesia católica, quién construyó pequeñas capillas, parroquias, catedrales de gran tamaño y refaccionó muchos otros templos. También, fue usado por iglesias protestantes de distinto signo, que se iban asentando en el solar mexicano. Asimismo , aunque en menor proporción, el estilo neogótico se dejó sentir en la obra civil, tanto en casas y mansiones de las élites económicas como en otras infraestructuras como hospitales o los portales de varias plazas principales. 

En Jalisco es donde encontramos la más alta concentración de arquitectura neogótica de México. Más de 87 ejemplos. De hecho parece entreverse que fue en Jalisco donde este estilo empezó a desarrollarse en México con fuerza. Las torres de la catedral de Guadalajara, proyectadas del arquitecto Manuel Gómez Ibarra y realizadas entre 1851 y 1854 son prueba de ello. Así, el solar jalisciense localizamos grandes templos como el Templo Expiatorio de Guadalajara, construido entre 1901 y 1972 o el Templo de San José Obrero en Arandas. Parroquias como la del Padre Galván o la de Nuestra Señora del Refugio ambas en Guadalajara; la de Santa María de Guadalupe en Degollado, iniciada en 1865 ; el templo de San Antonio de Padua en Ciudad Guzmán. En  Autlán de Navarro encontramos la iglesia de la Purísima Concepción iniciada en 1898 y en Encarnación Díaz, localizamos el del templo del Señor San José en la hacienda de Los Sauces, iniciado en 1882 y sufragado por el hacendado local Manuel Jacinto Guerra Alba.

También, lo encontramos en la decoración interior de algunos templos, ya sea en altares, retablos u otros elementos decorativos. De entre estos destacan la Capilla del Calvario en Atotonilco Alto, diseñada por el ingeniero italiano Adamo Boari en 1899 y decorada por el pintor jalisciense José Vizcarra.  Otro ejemplo es el bello retablo del altar mayor de la capilla del convento de Santa Teresa en Guadalajara, restaurado en 2015.  Igualmente, hay un neogótico que se deja ver en la arquitectura civil con ejemplos como el del hospital del Sagrado Corazón de Jesús iniciado en 1887 en el tapatío barrio de Analco o la desaparecida casa del Dr. Félix Ramos en Sayula. Un estilo que encontramos embelleciendo los portales en plazas y parianes en varios municipios del sur del estado (Ejutla, Atoyac, Tecalitlán, Tonilá, San Gabriel, Ciudad Guzmán, Sayula, etc.). Finalmente, también lo encontramos en panteones y tumbas de varios cementerios, con ejemplos notables como el mausoleo de la familia Gallardo en el panteón de Mezquitán o varias tumbas del panteón de Belén. 

La presencia de estilo en Jalisco se puede explicar por varios factores. Probablemente el más importante es el papel de la archidiócesis de Guadalajara en contra de las normas anticlericales dictadas por el Estado mexicano (en los gobiernos de Juárez y Lerdo de Tejada) lo que supuso la exclaustración de conventos y el despojo de propiedades eclesiales en las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XIX. Así, cuando las condiciones se dulcificaron con el arribo al poder del general Porfirio Díaz, los agentes de la Iglesia jalisciense detonan una notable actividad que implicará la construcción de templos, la reconstrucción de los dañados, refacciones y restauraciones varias, la creación de nuevas vicarías y parroquias, la aparición de órdenes religiosas dedicadas a la educación y la ayuda a los más necesitados y también el desarrollo de movimientos católicos para seglares.

Todo ello será posible por el papel destacado de las directrices que darán los arzobispos de Guadalajara nombrados entre mediados del siglo XIX y la primera mitad del XX.  Esas directrices serían atendidas por sacerdotes, presbíteros y miembros de órdenes religiosas tanto masculinas como femeninas dándose varios ejemplos de construcción o refacción de templos en estilo neogótico Sin embargo, las más de las veces, esos agentes de la Iglesia debieron colaborar y adoptar las indicaciones y los proyectos que arquitectos, ingenieros o alarifes desarrollaban para sus templos. En ese sentido, encontramos la participación en el diseño de algunos templos neogóticos de ingenieros formados en la Escuela de Ingeniería de Jalisco. Ese será el caso de Manuel Pérez Gómez y de Salvador Collado Jasso (1859-1909), que desarrollaron dos de los tres proyectos para el templo Expiatorio de Guadalajara o el del ingeniero Jesús Araiza quien proyecta la parroquia de la Purísima Concepción en Autlán de Navarro.

Como una excepción en este panorama debemos considerar el proyecto del ingeniero italiano Adamo Boari para el Expiatorio de Guadalajara, o el del santuario por él proyectado en Atotonilco Alto y que es hoy, la actual capilla de El Calvario. Ya en el siglo XX encontramos los obras proyectadas y dirigidas por arquitectos destacados de la llamada Escuela de Arquitectura de Jalisco, como Ignacio Díaz Morales Álvarez Tostado y Pedro Castellanos Lambley, proyectista del templo de Nuestra Señora del Rosario o del padre Galván. Igualmente, en Jalisco, se detecta la actividad de maestros de obra y alarifes locales como por ejemplo José Hermenegildo Lepe Isabel (1846-1925) quién diseña la iglesia de San Antonio de Padua, en Ciudad Guzmán o de artesanos de la cantera o de la madera como el ebanista Inocencio Aguirre Magdaleno en el  Santuario de Jesús María y José en Encarnación de Díaz.

Con todo ello, podemos decir que la arquitectura neogótica en Jalisco es un reflejo de un momento de la historia de este estado y también de México, que pone en relación a distintos actores para conformar hoy, un patrimonio cultural que amerita ser conocido y divulgado. Algo que ya es posible gracias al libro: Neogótico en Jalisco, Guía básica para la apreciación del entorno cultural edificado, escrito por Martín M. Checa-Artasu, profesor en la Universidad Autónoma Metropolitana y editado por la editorial Arquitónica con el apoyo de la ESARQ y la Secretaria de Cultura de Jalisco.

Libro «Neogótico en Jalisco. Guía básica para la apreciación del entorno cultural edificado«, del Dr. Martin M.checa Artasu Coedición de Arquitónica y ESARQ, realizado con el apoyo de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Jalisco (Cultura Jalisco), a través de Proyecta Jalisco.

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FIGURAS:

  1. Templo de San José Obrero, Arandas, foto Martín Checa
  2. Templo Expiatorio de Guadalajara, foto Martín Checa
  3. Croquis del proyecto de Santuario a la Virgen del Carmen, en Atotonilco Alto, proyectado por Adamo Boari en 1899. Fondo Adamo Boari, Biblioteca Ariostea del Comunale de Ferrara, Italia.
  4. Portalada del templo del Padre Galván en Guadalajara, foto Martín Checa
  5. Proyecto de la Iglesia de San Antonio de Padua en Ciudad Guzmán. Fuente: Archivo histórico de la Archidiócesis de Guadalajara, General, Caja 2, sobre 172, foto 01.
  6. Retablo del altar mayor en la parroquia de Santa Teresa en Guadalajara, foto Martín Checa
  7. Portada del libro El Neogótico en Jalisco, Editorial Arquitónica & ESARQ, 2021

Te compartimos el video presentación del libro Neogótico en Jalisco

There are 1 comments

  1. Ana Ramírez Ugarte

    Muchas gracias por mandarme ese artículo tan interesante. Nunca me imaginé que había tantas muestras del neogótico en Jalisco y en el país. Muchas las conozco, pero no las había relacionado como del mismo estilo. Muy agradecida por su amabilidad. Seguro Alejandro sugirió que me lo mandaran y lo agradezco mucho Ana rscj

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