Por Alejandro Ramírez Ugarte
Esta es la segunda entrega de una serie de reflexiones sobre la educación y el aprendizaje de la Arquitectura, que Alejandro Ramírez Ugarte compartirá con nosotros a través de este blog.
2- ¿Por qué Arquitectura? La vocación.
La pregunta ¿por qué arquitectura? podemos entenderla de dos formas: ¿Por qué yo estudié arquitectura? o ¿Qué beneficios trae a alguien estudiar arquitectura?
A la primera forma respondo que decidí estudiar arquitectura porque desde muy pequeño estuve rodeado, no sólo de personalidades que la ejercían y la tomaban muy en serio, sino de un ambiente familiar que la valoraba y la incluía en la conversación cotidiana y no tuve ninguna duda en mi decisión. Sin embargo, cuando recuerdo las formas de decidir de mis compañeros, o de otras personas en mi larga vida como profesor, sí vi afirmaciones claras en unas pocas, pero en la mayoría no.
¿Qué tal un ejercicio de memoria? Haz un esfuerzo por recordar tus motivos en el momento inmediato anterior a tu ingreso a la escuela de arquitectura, y en tu momento presente, y compara las certezas y sensaciones de ambos momentos.
Mi conclusión es que la primera forma de la pregunta no es importante. A fin de cuentas nos complace haber estudiado o estar estudiando arquitectura, y además ¿por qué preocuparse? en el fondo no era la edad adecuada para tal decisión. También concluyo que los que lo hicimos o lo estamos haciendo somos muy afortunados, y aquí pasamos a la segunda acepción de la pregunta.
El reflexionar sobre la segunda pregunta ¿Qué beneficios trae el estudio de la arquitectura? Me hace pensar en que, a través de la historia, el fin de la arquitectura ha sido atender las necesidades de hábitat de la persona humana en sociedad. Para este fin el estudio de la arquitectura nos va a ofrecer una rica variedad de temas en el campo de las humanidades, las ciencias y tecnologías, las artes, más las herramientas de expresión y comunicación; difícilmente podremos encontrar un área del conocimiento que no se relacione de un modo u otro con la arquitectura.
Frente a nosotros tenemos este vehículo ideal para el aprendizaje y la exploración de las preferencias e interrogantes individuales: un gran abanico de “zonas proximales.” Una opción liberal y universitaria que cumple con tres objetivos fundamentales: divulgación del conocimiento, desarrollo intelectual y crecimiento experiencial o maduración personal. Por lo tanto, hasta un error vocacional en este caso puede ser un relativo acierto.
Yo tengo una gran deuda con el estudio y el ejercicio de la arquitectura. Me aflige confesar que, desde que tengo memoria, a pesar de haberme aficionado a la buena lectura y a la buena música, he tenido tendencias a la flojera intelectual y a la banalidad, pero me gusta pensar que la disciplina que me ha exigido y el gozo que me ha proporcionado la arquitectura, me han hecho una persona más involucrada con la sociedad, más enterada y sensible en las artes, más disciplinada y aceptante de las opiniones de los demás.
Como arquitecto, he tenido que aprender habilidades que tienen que ver con el desarrollo de la persona, como abrirme a los demás, escucharlos, evitar en lo posible ser dogmático e impositivo, negociar. He hecho un esfuerzo en esa dirección: ser un arquitecto-en-relación.
Alejandro Ramírez Ugarte
Me gustó mucho este escrito y sobretodo la última parte en la que te refieres a tu posición como arquitecto -en-relación.
Una de mis definiciones favoritas de la arquitectura es la construcción espacial de relaciones.
La razón por la que me gusta tanto esta definición es porque pone a la arquitectura, al objeto arquitectónico y al proceso, en directa referencia, interacción y entrelazado con el contexto que los envuelve. La arquitectura, tanto su proceso como el arquitecto que la produce, realmente es lo que es debido a estas relaciones… y sin ellas se queda muy vacía, sin sentido. La arquitectura-en-relación, en mi opinión, una arquitectura contingente- es la más potente…
Reflexionando sobre esto se me ocurre que se puede pensar de la misma forma en el arquitecto… y por consecuencia el estudiante de arquitectura…. El arquitecto establece su acción más potente cuando se pone en relación abierta, activa y efectiva con todos los elementos, personas, pensamientos y actividades que lo rodean….el arquitecto contingente… arquitecto-en- relación.
Gracias, su comentario evoca la aportación de la UNESCO en la Educación para el Siglo XXI, aprender a ser , a aprender, a conocer, aprender junto a otros. ¿Acaso este programa académico es vanguardista porque mueve el paradigma de la educación hacia: que el estudiante aprenda? Es interesante entonces , abre el panorama a otros programas que se centran únicamente en enseñar y en dogmatizar el desarrollo profesional del arquitecto, gracias