Caso de estudio: Arroyo El Rosario en Tonalá, Jalisco.
Por Arq. Juan Antonio González Mora
“…el espacio público es a un tiempo el espacio principal del urbanismo, de la cultura urbana y de la ciudadanía. Es un espacio físico, simbólico y político.”(Borja, Muxi, 2000; p.8)
El urbanista Jordi Borja afirma que la ciudad es un lugar de convivencia y convergencia, un lugar de todos que es por sí mismo un espacio de innovación y progreso dada la diversidad que alberga. Visualiza la ciudad, el espacio público y la relación de la ciudadanía con éste, como un “espacio funcional polivalente que relacione todo con todo, que ordene las relaciones entre los elementos construidos y las múltiples formas de movilidad y de permanencia de las personas. Espacio público cualificado culturalmente para proporcionar continuidades y referencias, hitos urbanos y entornos protectores, cuya fuerza significante trascienda sus funciones aparentes. El espacio público concebido también como instrumento de redistribución social, de cohesión comunitaria, de autoestima colectiva. Espacio político, de formación y expresión de voluntades colectivas, el espacio de la representación pero también del conflicto”
La función de la ciudad impacta directamente al espacio público, el cual funge como un articulador social, asumiendo la expresión del lugar “de estar y transitar”, de ser el espacio más democrático en la urbe. Esta función a su vez se relaciona con las políticas públicas adoptadas por el Estado para su planificación y rehabilitación. La ciudad debe ser resultado del esfuerzo conjunto de sociedad y gobierno, y cada uno desde su ámbito debe trazar su papel y responsabilidad ante este escenario y tener la conciencia de que la ciudad contemporánea es un espacio en el que forzosamente vivimos y convivimos todos, por lo que se requiere hacer un replanteamiento de su espacio público.
LOS MÁRGENES FEDERALES DE LOS ARROYOS COMO ESPACIO PÚBLICO.
CASO DE ESTUDIO: ARROYO EL ROSARIO, TONALÁ.
Se trata del arroyo que cruza el municipio de Tonalá; un caso interesante en cuanto a la concepción del margen federal como un espacio público no regulado, socialmente utilizado como espacio público, pero que no cuenta con una vocación específica a falta de lineamientos técnicos concretos, lo que hace de estos espacios potencialmente utilizables sitios residuales susceptibles de desarrollar problemáticas de índole social. La apropiación de estos espacios físicos manifiesta la necesidad-y/o identidad por parte de la comunidad respecto a determinados sitios, independientemente de las condiciones en que se encuentren. En el caso de los márgenes federales y su utilización como espacio público, no están contemplados dentro de un marco legal como espacios utilizables pese al uso que hoy en día tienen.
Av Malecón y arroyo El Rosario, vista hacia el nor-poniente
Estos márgenes, considerados como propiedad federal, desde una perspectiva social tienen un uso constante, por lo que el rol del estado respecto a la legislación y vocación de los espacios públicos es un tema eje desde la perspectiva de las intervenciones técnico-legales necesarias para el rescate de estos espacios, toda vez que la llamada cohesión social y el bienestar colectivo se ligan directamente con las contextos sociales.
Los reglamentos en la materia como el Reglamento de la Ley de Aguas Nacionales y los que se vinculan al tema, como el Reglamento Estatal de Zonificación y el Código Urbano para el Estado de Jalisco, son documentos técnicos que no señalan el tipo de utilización que puede darse a estos espacios físicos; en resumen, ligan el tema de los escurrimientos y/o cauces de agua a su carácter de posesión de la nación y por ende la concepción de proyectos dentro de estas áreas ha visto limitado su potencial.
Avenida el Rosario y Arroyo del Rosario descarga al arroyo
Avenida el rosario y arroyo del rosario vista hacia el sur-oriente
El rescate de las demarcaciones de los cuerpos de agua significa dar importancia a un tema socialmente latente; la falta de políticas públicas sobre estos espacios minimiza los usos potenciales que estos sitios representan, toda vez que hoy en día figuran como sitios residuales inutilizables dentro de la ciudad y se puede asegurar que la autoridad debe reconocer a la sociedad misma e integrar estos espacios, que aunque no estén habilitados, son usados por la ciudadanía.
El tramo del arroyo en cuestión se distingue por tener las áreas que presentan mayor uso por parte la población; se encuentra ubicado en una zona habitacional que presenta una densidad de población significativa en el municipio, como lo es la colonia Loma Dorada. La utilización del suelo en su mayoría es habitacional, presentándose además servicios y comercios de tipo mixto asi como espacios verdes, los cuales consolidan la zona como un distrito de gran potencial respecto a intervenciones, así como un polígono de estudio interesante respecto a las dinámicas sociales. El área se encuentra comunicada por vialidades de jerarquía considerable como la Av. Río Nilo, una de las arterias de comunicación más importantes en el municipio.
Finalmente, la utilización de los márgenes federales como un espacio público por parte de la sociedad plantea preguntas como: ¿Cuáles son los usos de los márgenes federales de los arroyos como espacio público? y ¿Cuál es la percepción social respecto a los márgenes federales de los arroyos y su utilización como espacios públicos?
Circuito Loma Norte y arroyo el Rosario Vista hacia el Sur
Es necesario evidenciar esta falta de visión por parte de los organismos encargados y ver desde una perspectiva social el uso que dan los ciudadanos a estos márgenes federales para de esa manera ampliar la perspectiva respecto a las intervenciones de índole técnico-legal necesarias para el rescate de estos espacios, que representan una aportación significativa en relación a un adecuado desarrollo urbano.
Arq. Juan Antonio González Mora / j_urbang@yahoo.com.mx
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